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Hormiga de fuego (Solenopsis invicta)

Esta hormiga suele estar presente en jardines, campos de polo, banquinas, márgenes de autopistas y espacios verdes en general. Puede vivir en hormigueros de gran montículo visible, o realizar sus nidos en macetas, debajo de escombros o materiales depositados transitoriamente sobre la tierra.

Como toda hormiga pertenece al orden de los Himenópteros. Pueden medir entre 1,5 y 6 milímetros, siendo sus obreras polimórficas (existen varios tamaños). Sus características morfológicas relevantes están dadas por la presencia de antenas geniculadas de 10 segmentos (artejos), los últimos 2 conformando una bolita (clava). No poseen espinas dorsales en el tórax y el pedicelo abdominal esta formado por dos segmentos bien diferenciados. A pesar que la mayoría de las hormigas poseen aguijón, la hormiga de fuego es de las pocas en las cuales se visualiza a simple vista. El aguijón lo utilizan para defenderse y al picar ocasionan reacciones de los más diversas en los individuos atacados. El veneno es un alcaloide (piperidina) que produce prurito e irritación importante, de ahí el nombre vulgar de hormiga de “fuego”. La reproducción es de tipo sexual, la cópula entre macho y hembra ocurre durante el vuelo nupcial, luego de haberse formado los enjambres correspondientes. La multiplicación se da a través de la postura de huevos por parte de las hembras. Del huevo emerge una larva que al cabo de tres mudas va a dar lugar a la formación de la pupa (libre o exarata). Una vez que la pupa desarrolla, dará lugar a la aparición del adulto. Las colonias son femeninas, conformadas la/s reina/s y las obreras. La función de la reina se limita a la postura de huevos, mientras que las obreras cuidan de los estadios juveniles, alimentan a la/s reina/s, limpian y protegen. Las reinas pueden vivir hasta siete años. Los hormigueros se reconocen fácilmente dado que suelen observarse como montículos de tierra refinada del tamaño de un balón de fútbol. Es habitual que la dimensión de tierra expuesta, sea equivalente a la dimensión subterránea que posee el hormiguero. Pueden anidar también de manera precaria bajo macetas, o escombros donde se acumule humedad. El control resulta simple dada la limitada estructura que conforma el hormiguero. Simplemente basta con utilizar soluciones insecticidas (piretroides o fosforados) para saturar por riego la tierra donde se alojan.

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