Bicho colorado (Trombicula autumnalis)

Durante el otoño o primavera nadie que se recueste sobre el césped se salva de las picaduras de este ácaro. Muy pequeño, casi invisible a simple vista, este artrópodo es un parásito ocasional de seres humanos y nimales.

Quién no ha sentido picazón en el cuerpo luego de haber pasado un rato recostado en el pasto. La respuesta es simple, tiene nombre y apellido, se llama Trombícula autumnalis (bicho colorado). Existen mas de mil especies de Trombicúlidos, de las cuales hay cerca de veinte que pueden atacar al hombre. El “bicho colorado” es un ácaro imperceptible, de apenas 0,2 milímetros en el caso de las larvas, y hasta 2 milímetros en el caso de las ninfas y adultos. Su ciclo de vida, esta comprendido por estadio de HUEVO - LARVA (I, II, III) - NINFA (Protoninfa - Deutoninfa - Tritoninfa) -ADULTO. La diferencia mas evidente entre los estadios de larvas y ninfas/adultos, es la existencia de tres pares de patas en las primeras y cuatro pares en los dos últimos. Sus piezas bucales están representadas por quelíceros (hipostoma) y pedipalpos sensoriales. Solamente las larvas resultan parásitas. Se alimentan de linfa y tejidos epiteliales degradados de sus huéspedes. El mecanismo de alimentación comienza una vez que las larvas introducen el hipostoma en la piel del huésped e inyectan saliva hidrolizante que degrada el tejido profundizando la herida. En ocasiones pude alcanzar los dos centímetros. Una vez degradados los tejidos, las paredes laterales se endurecen y dan origen al estilostoma que oficia de sorbete y permite que el ácaro succione los líquidos desde la profundidad donde no llega con sus pieza bucales. Las saliva que inyectan resulta sumamente irritante y pruriginosa, y la picazón se hace evidente a partir de las primeras horas de exposición al ácaro y es máxima entre las 48 y 72 horas. Una vez que las larvas se han alimentado a repleción, se dejan caer al suelo y continúan su ciclo. Las larvas poseen atracción por la luz del sol, de ahí que asciendan a los pastos y puedan subirse a sus huéspedes una vez detectados por la temperatura corporal o dióxido de carbono. Ninfas y adultos no resultan parásitos ya que poseen hábitos saprofitos (consumen materia orgánica en descomposición), además de alimentarse de pequeños artrópodos y sus oviposiciones. Todos los estadios se encuentran en el suelo y los primeros centímetros del subsuelo, pudiendo llegar hasta un metro de profundidad en épocas de clima desfavorable. Los adultos pueden vivir cerca de un año, las hembras colocas entre 300 y 400 huevos, el ciclo de vida completo lo realizan entre 50 y 70 días habitualmente, aunque puede desarrollarse en un año. En nuestras latitudes suelen poseer una sola generación anual, aunque en climas cálidos pueden poseer hasta cinco. La mayor época de presencia de la fase parasitaria suele ser entre mediados de primavera y mediados de otoño (hasta la primer helada), coincidiendo con la época de mayor eclosión de huevos. Los huevos necesitan un período de incubación de seis días. Los adultos se encuentran muy activos durante el inicio de la primavera y bajan su actividad durante los meses de invierno.  

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